Llevo ya un mes aquí y me da la impresión de que llegué la
semana pasada. Este fin de semana ha sido cuando verdaderamente he empezado a
ver un poquito, lo más básico de esta enorme ciudad. Si fuese un libro, no
podría decir que he pasado del título, pero espero que en los cuatro meses y
medio que restan, me de tiempo a llegar, si no al punto y final, cosa imposible
si sólo tienes una vida, sí al menos al ecuador de la novela. Y eso que este
año ha sido generoso, regalándonos un día más este mes!
He visitado el Arco del Triunfo, el Sacré Coeur, Versalles,
la Torre Eiffel, los Inválidos, Concorde, el Panteón… y nada de esto tiene
desperdicio.
Las vistas aéreas de París desde distintos puntos, como
ocurre con el Arco del Triunfo, el Sacré Coeur, o la Torre Eiffel, dejan a
cualquiera sin palabras. La humilde morada que Luis XIV se construyó en
Versalles, con su jardincito incluido, son ideales para pasar un día
primaveral, por lo que espero volver en un mes, cuando la estación vaya
haciendo sus primeras apariciones.
Y de los Inválidos, la Madeleine, el Panteón… ¿Qué decir? El
adjetivo de majestuoso se le queda corto. Simplemente, son lugares para
visitar.
Imagen: El Sena visto desde el segundo piso de la Torre
Eiffel.
Ahora a esperar que marzo sea, por lo menos, igual de bueno
febrero.
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