Hoy he ido de expedición al hospital, y por fin he
descubierto el camino corto!!!
También quise inspeccionar un Marinnoud, y
resulta que hay que llamar al timbre para entrar, como en las grandes joyerías! Claro, una
vez dentro, no podía decir "au revoir" sin
más, así que cuando la dependienta me preguntó qué quería, no se me ocurrió
nada mejor que preguntar por un perfume que sabía que estaba descatalogado,
hacer como que entendía que me decía que ya no lo fabricaban, e irme con cara
de “qué faena”!
El grajo empieza a volar más bajito aquí, y es que el
invierno parisino empieza a hacer su aparición: gorro, bufanda y guantes fuera!!
Aunque no tiene nada que ver con el frío castellano, ya que no hay niebla y
puedes disfrutar de las vistas de la ciudad, aquí también te pueden llegar a doler los
nudillos.
Por la noche, de cena en buena compañía en un restaurante
cercano a donde Saint-Germain!
Buenas noches, y hasta mañana
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